UN INSULTO A TODOS LOS
PARADOS
Así es
como – en mi humilde opinión – pienso que habría que entender la negativa de
los trabajadores de Astano a desplazarse a Ferrol para poder participar, desde
el primer momento, en la construcción del buque flotel para Pemex. En un
insulto a todos los parados en general y en particular, a los de toda Ferrolterra.
A través de las manifestaciones piden
carga de trabajo. Llaman al conjunto de la sociedad para que les apoyen y luego,
cuando a ellos les piden un “GESTO”
como es el desplazamiento de Fene a Ferrol, ¡¡¡ Dios mío que ridiculez, de Fene a Ferrol !!! se niegan en
redondo. Ciertamente, esta situación resulta un tanto incomprensible. ¿A dónde
conduce este camino? ¿Quién es el verdadero culpable de esta nueva situación,
los trabajadores, sus representantes, o acaso la misma dirección de la empresa?
Los acuerdos firmados en el año 2004
recogen la movilidad geográfica siempre y cuando ésta no conlleve el cambio de
domicilio. Entonces, y siendo esto así, ¿Por qué la dirección de la empresa no
exige el total cumplimiento de este apartado de los mismos? Por otro lado, si todos
los trabajadores de la planta de Fene se incorporasen a la antigua Bazán de
Ferrol, ¿No tendría que desaparecer el actual comité de empresa de Astano?
¿Estará aquí una de las claves de la negativa de la plantilla del astillero de
Fene a cualquier intento de incorporación a la planta de Ferrol?
De cualquier forma y sea como fuere,
lo cierto es que los trabajadores de Astano nunca (en los últimos años) se
caracterizaron por esa preocupación que dicen tener ahora por el futuro de la
empresa. Ni cuando el BNG cogobernaba en Galicia con el PSOE (recordemos la
iniciativa del conselleiro Fernando Blanco) ni cuando la iniciativa de Rumbo
21. Cuando toda Ferrolterra pudo ser un clamor por el astillero de Fene, ellos
siempre se aliaron con el silencio y con la descalificación hacia quienes si se
preocupaban.
Es cierto que últimamente parece que
despertaron del letargo en el que se encontraban, pero no es menos cierto también,
que ese despertar va acompañado de condiciones que creo que en estos momentos son
inasumibles y están fuera de lugar. Piden trabajo, pero al mismo tiempo exigen
que la empresa continúe siendo de titularidad pública. Piden trabajo, pero a la
par dicen que no se mueven ni un ápice de donde se encuentran. Y esto y en las
actuales circunstancias, es un auténtica demostración de soberbia.
Cuando en el país hay miles de
personas que – desgraciadamente – estarían dispuestas incluso a dar hasta un
órgano de su cuerpo por un puesto de trabajo. Cuando miles y miles de personas están
dispuestas a desplazarse a cualquier punto de España a cambio de tener en donde
ganarse un salario. Cuando miles y miles de jóvenes, y no tan jóvenes, tienen
que optar por abandonar a sus seres más queridos y emigrar a países totalmente
desconocidos, y en algún caso, a miles de kilómetros de distancia de la tierra
que les vio nacer y crecer, aquí, en Ferrolterra, todavía hay quien se niega a
desplazarse de Fene a Ferrol. ¿No es esto ridículo? ¿Pero será verdad que se
quiere trabajar? Francamente, la posición de los trabajadores de la antigua
Astano raya con lo absurdo y la obscenidad.
Ahora los trabajadores dicen tener
miedo de lo que le pueda pasar a la factoría de Fene. Pues bien, bendito sea
este momento de toma de conciencia. Pero no olvidemos que esos mismos trabajadores,
tan preocupados ellos con el futuro de Astano en estos momentos, tuvieron nada
menos que ¡¡¡ DIEZ AÑOS !!! para demostrar
toda esa preocupación que, según parece, ahora les embarga y ¿Qué fue lo que
hicieron? Pues darle la espalda a todas y cada una de las iniciativas que
surgieron en ese sentido.
Puede ser, claro que si, que si todos los
trabajadores de Fene se integrasen en la planta de Ferrol, la antigua Astano se
abriese al capital privado. Bueno, pues si así fuese y eso trajese trabajo para
la comarca, bendita medida, estaría más que justificada. ¿No se pide carga de
trabajo ya? Lo que está claro es que tendrán que pasar muchos, pero muchos años
para que el trabajo que se pueda contratar sea lo suficientemente importante
como para necesitar de las dos plantas “públicas”
¿Y mientras tanto? Pongamos los pies en el suelo y obremos con racionalidad
y sentido común por el bien de esta comarca.