NO PUEDE
SER QUE TODO
VALGA
No, no se puede permitir que hechos como el ocurrido en un
supermercado de Écija y protagonizado por el Sr. Sánchez Gordillo,
parlamentario andaluz y alcalde de Marinaleda, queden sin respuesta por parte
de la autoridad competente. Y es que si de verdad queremos diferenciarnos de
las tantas veces criticadas repúblicas bananeras, no se puede permitir que cada
uno campe a sus anchas. La condición de aforado no es, en ningún caso, un
salvoconducto que sirva y se utilice para burlarse de la ley.
Efectivamente,
esa condición es el estado por el que uno/a y debido a su dignidad o rango,
goza de algún fuero o privilegio en materia de jurisdicción. Y en el caso de
los parlamentarios, estos son la inviolabilidad y la inmunidad. En el caso del
primero, y según el Tribunal Supremo, éste es el que garantiza la
irresponsabilidad jurídica de los parlamentarios por la opiniones manifestadas en el ejercicio de sus funciones, entendiendo como tales, aquellas
que se realizan en actos parlamentarios y en el seno de cualquiera de las
actuaciones de las Cortes Generales. Y en cuanto al segundo, la inmunidad
es el privilegio que les protege contra la privación de libertad, evitando así,
que por determinadas manipulaciones, el parlamentario tenga que alterar su
normal funcionamiento como tal.
Por lo
tanto, parece claro que esa condición de
aforado no cubre todas las actuaciones que el parlamentario pueda desarrollar
como ciudadano. Las leyes se crean para cumplirlas y hacerlas cumplir, y nadie
está por encima de ellas. Y eso quiere decir que de igual forma que un
ciudadano cualquiera es sometido a juicio por lo que pudiese hacer en contra de
las normas y leyes establecidas, los parlamentarios aforados también lo tienen
que ser si se extralimitan y van más allá de lo que es su responsabilidad como
tal.
Realmente
y pensándolo bien, la condición de aforado no tiene sentido en un país democrático.
Si verdaderamente se parte del principio del respeto a los demás ¿Qué razón de
ser tiene tal condición?. Es más, si tenemos en cuenta la Constitución, la
condición de aforado debería de eliminarse en base al artículo 14 de la misma y
que dice: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer
discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia
personal o social.
Sería
bueno que ningún español se sintiese salvador de nada ni de nadie. España no
necesita un Robín Hood, lo que necesita son españoles responsables que cumplan
y hagan cumplir las leyes, que para eso están. Si las personas o familias que
tienen dificultades, se tirasen a la calle por todos los pueblos de España para
emular al Sr. Sánchez Gordillo en actos como el del supermercado de Écija, este
país sería un infierno. ¿Es eso lo que queremos?.