lunes, 26 de diciembre de 2011

¿ ES IDIOTA LA CONSELLEIRA DE TRABALLO, BEATRIZ MATO ?

             Dios mio cuanta irresponsabilidad. ¿Pero cómo se puede afirmar que los jóvenes gallegos no emigran por falta de oportunidades y que si lo hacen, es por mejorar su formación ? ¿ Pero es este un razonamiento serio y responsable por parte de toda una Conselleira de la Xunta ? Francamente, lo declarado por la conselleira Mato a los medios, el pasado día 22 de Diciembre, es de cese automático. Es más, a estas alturas y por no salir el Sr. Feijoo al paso de esas declaraciones, la credibilidad, tanto del presidente como de su gobierno, quedó un tanto en entredicho. Y ello, por la aclaración que la conselleira hace al decir que se trata de una valoración de la Xunta.
           ¿ Cómo se puede acusar a nadie, como ella lo hizo, en este caso a la oposición, de crear falsa alarma en el aspecto del paro juvenil gallego ? Cierto es, que mientras que en España el paro juvenil alcanza el 45 %, en Galicia esta cifra baja hasta el 33 %, sin embargo no podemos decir que ese 33 % sea el reflejo de la realidad en nuestra Comunidad, pues sabido es del gran número de nuestros jóvenes que para encontrar una oportunidad tuvieron que marchar a otras comunidades en las que y desgraciadamente, también están engordando sus listas del paro. De cualquier forma y aunque asi no fuese, el 33 % de desempleo en los jóvenes es una auténtica barbaridad, y por supuesto dice mucho tanto de la mala situación que se vive como de la capacidad de quienes en estos momentos están gestionando esta situación. 
          Sra. Mato, son muchos, desgraciadamente, los jóvenes gallegos también, que formados como nunca lo estuvieron en toda nuestra historia, desempeñan labores de mucho más bajo nivel del que para lo que fueron preparados y que en absoluto nada tiene que ver con la formación que recibieron, y eso, Sra. Conselleira, también es para sentirse defraudado. Es frecuente, y si no lo sabe, entérese por favor, que jóvenes Ingenieros Técnicos, Licenciados, Diplomados, etc, realizan tareas en la hosteleria, en el pequeño comercio, o mismo patean las calles durante 10 y más horas diarias ejerciendo una labor comercial para la que nunca fueron preparados, y eso lo hacen, Sra. Mato, porque de algo hay que sacar para poder sobrevivir. Nuestros jóvenes si emigran al extranjero como antaño lo hicieron sus abuelos y bisabuelos, es porque desgraciadamente aquí y como coloquialmente se dice, no tienen donde clavar una punta. Y Vd, como Conselleira que es, deberia de sentir vergüenza que a estas alturas nuestros jóvenes tengan que recurrir a la solución que se empleaba hace ya 60 y más años para poder subsistir.
          No, no es de recibo que una conselleira, una de esas personas que tienen como misión guiar a Galicia por el camino del desarrollo en busca de la sociedad del bienestar, diga tan alegremente y sin ningun tipo de rubor, que nuestros jóvenes, la savia nueva de nuestra tierra, abandonan a sus novias, a sus esposas, a sus hijos, en definitiva a las cosas que uno más quiere, por mejorar su formación. Afirmar esto, Sra. Mato, es de una ignorancia o una cara dura supina. Personas como Vd, si es que de verdad está convencida de lo que manifestó en ese sentido, deberian tener totalmente prohibido poder ostentar cargo público alguno. Vd con ese tipo de manifestaciones es un claro ejemplo de desfachatez, desvergüenza, descaro y osadía. Y por supuesto, de lo que no queremos tener en Galicia.
           Es cierto que la legislación vigente en materia laboral, y ya sé que no fue Vd quien la implantó, facilitan los vergonzosos contratos de trabajo que se dan, fundamentalmente, en los demandantes del primer empleo, pero existen y ahí están, y por ello, así están los jóvenes licenciados trabajando, incluso durante años, con contratos en prácticas como becarios por tan solo 500 euros al mes cuando no totalmente gratis. ¿ O esto de trabajar en prácticas, si, si, trabajar, GRATIS tampoco lo sabe ?
           Y esa, Dña. Beatriz Mato, es la realidad que vive el pueblo liso y llano. Si, ya sé que esa no es la realidad que viven Vds, los políticos de primer nivel, pero es la realidad de nuestros jóvenes, por eso cuando tienen que marchar de aquí, es por pura y dura necesidad.
          

lunes, 12 de diciembre de 2011

¿GENERACIÓN PERDIDA O GENERACIÓN DORMIDA ?



              Hay que ver cuán alegremente los políticos tachan a nuestros actuales jóvenes, nuestros hijos, como generación perdida. Realmente sorprende la forma en que se da por hecho como quienes (por ley natural) tendrían que coger el testigo del relevo a todos los niveles en la sociedad, son considerados como un algo irrecuperable. Pero ¿tendrán razón? Francamente, yo no lo sé, pero en principio y por principios, me niego a aceptarlo así, tal cual. Primero, porque soy padre y como tal y al mismo tiempo como educador que fui también, me niego a admitir que el esfuerzo que ambos desarrollamos, yo y mis hijos, no valiese para nada, que no tenga recompensa alguna. El sacrificio de los jóvenes durante los mejores años de sus vidas y el sacrificio de quienes (los padres) hicieron posible esa preparación, no puede tener un resultado tan baldío.

             Segundo, porque también me niego rotundamente a aceptar que tengamos que dar por hecho que personas de tan solo veintipocos años representen ser ya una pesada carga para la sociedad de la que forman parte. Los políticos, ya lo sabemos, todo o casi todo lo solucionan con euros. Pero esa forma de arreglar las cosas, lejos de resultar positiva, lo que hace es continuar alimentando la cultura de la subvención que lo único que sustenta y mantiene es a la misma cultura de la comodidad y la vagancia, ambas amparadas por el velo de esa, tan engañosa y mal llamada sociedad del bienestar.

              Y tercero, porque me revelo contra tanta alegría y descontrol a la hora de gastar lo que es de todos. No puede ser que se empleen cifras astronómicas en formación y luego no seamos capaces de recoger ningún rédito de esa inversión. Decimos que la grandeza de un país está en la formación de sus ciudadanos, pero con frecuencia nos olvidamos de que esa formación si luego no hay en donde aplicarla, realmente vale de muy poco o nada. Esa, la del empleo, es la fase final del período completo de la formación, y así hay que entenderlo. Por lo tanto, si nuestros jóvenes no tienen en donde aplicar todo lo aprendido, el sistema es lo que no vale.  

            Pero dicho esto y entendiendo que quienes nos gobiernan son los primeros culpables de esta situación, hay que decir también que no son los  únicos culpables. Hay otros protagonistas, y esos, somos la sociedad en general y los mismísimos jóvenes en particular. ¿Qué es de ellos? ¿ Dónde están? ¿ Cómo pueden mantenerse tan pasivos? éstas y otras preguntas similares, son las que con frecuencia nos hacemos los que, por nuestra edad, ya no pertenecemos a la llamada población activa. Y es que no es normal el conformismo que muestran – mayoritariamente – con todo lo que les está cayendo encima.

             A pesar del altísimo e injustificable porcentaje de paro que tienen que sufrir, los jóvenes se muestran de tal manera que parece que el problema no va realmente con ellos. Es cierto que están desmotivados, pero ¿ a dónde les lleva esa actitud de pasividad? La dejadez nunca fue, porque no soluciona nada, el mejor consejero para la solución de los problemas, y esa es la postura que desgraciadamente tiene y mantiene la inmensa mayoría de nuestra juventud.

              Los problemas se pueden ignorar, incluso, se puede intentar vivir al margen de ellos, pero si se hace, luego estamos inhabilitados para exigir responsabilidades. Mejorar la sociedad es tarea de todos los ciudadanos y no solo de la clase política, y dentro de esos todos, fundamentalmente y en primer lugar, de los directamente implicados, en este caso, los jóvenes. Por eso, es intolerable que ellos se mantengan ( de forma generalizada ) tan pasivos y al margen de la situación que les está tocando vivir. Una situación, que aunque a quienes daña más directamente es a ellos, afectar afecta a todos.

              Las lamentaciones nunca valieron para nada, pues nunca fueron la solución a los problemas. Los jóvenes tenéis que despertar, tenéis que tomar la iniciativa, tenéis en definitiva, que decir basta ya. Y si así lo hacéis, seguro que no estaréis solos, el apoyo de quienes nunca os defraudaron, vuestros padres, estará una vez más con vosotros. Ésta es una lucha que afecta a todos, y por lo tanto, todos debemos de estar en ella para encontrar la solución.