lunes, 3 de febrero de 2014


AL CESAR LO QUE ES DEL CESAR Y A FEIJOO…..

               ¡¡¡ Uf !!! Que desahogo. Bendito 28 de Enero del 2014. Ahora se vislumbra un puntito de claridad al final del túnel, y aunque es solo eso, un puntito, creo que debiera de ser motivo de satisfacción para todos los ferrolanos. Es evidente que esto es claramente insuficiente para nuestras necesidades, y por ello no podemos caer en la relajación, pero es un alivio, un buen alivio en estos momentos. Y porque se trata de un respiro, al día siguiente de la mejor noticia de los últimos años en el sector de nuestra ciudad, lo que corresponde, creo yo, no es precisamente manifestarse, sino disfrutar del momento. El día siguiente debería ser el día de las felicitaciones mutuas y de los reconocimientos. Pero claro, hasta ahí parece que no somos capaces de llegar los ferrolanos. Todos dicen alegrarse de la noticia, pero lo cierto es que son muy pocos los que lo demuestran.

Hoy nos dieron el flotel, pues hoy toca disfrutar y felicitar a quien o quienes más trabajaron en ello, y mañana, ya volveremos a hablar de los problemas que seguimos teniendo en el sector, que son muchos, porque evidentemente el flotel es solo un parche para nuestras necesidades. Pero mañana, no hoy.

Es cierto que Feijoo mintió o por lo menos no contó toda la verdad en algún que otro momento a lo largo de todo este proceso, pero eso ya se le reprochó. Ahora, lo que toca es reconocer que no es menos cierto también que la “culpa” de que el flotel lo tengamos en Ferrol es fundamentalmente de él. Y eso hay que reconocerlo. Y no se quiere hacer. Y ahí pecamos los ferrolanos. Hoy toca felicitar a Feijoo y a su equipo y así debemos de hacerlo. Otro día tocará abroncarlo, pero hoy toca felicitarlo. ¡¡Que pena que todo lo tengamos que ver desde la óptica electoralista!!

Dicho esto, quiero insistir en que debemos de mantener los pies en el suelo y ver las tremendas dificultades que todavía nos quedan por delante para sacar a esta ciudad y comarca del pozo en que está metida, y ese reto, necesita de todos.

            Y en ese contexto, también hay que pedirle a todos los medios de comunicación que por favor sean más objetivos a la hora de informar, que no vendan tranquilidad a costa de cualquier precio, porque eso, es informar inadecuadamente y por lo tanto, puede arrastrar a la ciudadanía a una dinámica equivocada que luego, sin lugar a dudas, llegará el momento en que pase factura.

            Si estamos hablando de un encargo de 1.000.000 de horas de trabajo, (al margen de las 130.000 horas de ingeniería) no se puede decir al mismo tiempo que Navantia tiene trabajo asegurado para dos años, y mucho menos, para treinta meses. El millón de horas da para 400 trabajadores durante 15 meses. (considerando 21 días de trabajo al mes) Es decir, para algo más de un año. Y Navantia Fene – Ferrol tiene no 400, sino 2.300 personas de plantilla. Solo de plantilla. ¿Y las auxiliares? Porque hablar del sector naval de Ferrol y ceñirse únicamente a la plantilla fija de Navantia no es real. Y esto no quiere decir que el contrato no sea importante, claro que lo es, y mucho, sobre todo por las puertas que puede abrir, pero llamémosle a las cosas por su nombre para que luego nadie se sienta engañado. Una cuestión es que el plazo de entrega del buque sea de treinta meses y otra muy diferente el número de trabajadores que en él vayan a trabajar y el tiempo de ocupación para esos trabajadores.

Ahora y con la tranquilidad de tener ya algo que hacer, Navantia y sus trabajadores tienen que afrontar decididamente uno de sus más importantes retos. El futuro de la empresa. Discutir el Plan de futuro que la empresa tenía diseñado y que por la presión política y sindical se retiro de la mesa. Eso es lo importante ahora, además de seguir trabajando para la consecución de nuevos contratos. Afrontar seriamente y de verdad el futuro de la empresa, sin amaños, sin soluciones que tengan fecha de caducidad, como las actas de los políticos que la dirigen.

Ese es el gran reto de todos los que conforman la empresa. Poner remedio a los males intentando encontrar las soluciones dentro de los criterios por los que se rigen las corporaciones empresariales. Las soluciones políticas ya hemos visto lo que dan de si.

             

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