EL PRESIDENTE DE
NAVANTIA Y SUS SORPRENDENTES DECLARACIONES
Cuando el
pasado domingo leí en La Voz de Galicia que Navantia ofrecía a Knutsen y Elcano
igualar el precio más bajo que le pudiesen ofertar para la construcción de los gaseros,
la verdad es que me sentí perplejo y lleno de confusión. Las sensaciones fueron
muchas y diferentes, aunque confieso que la primera de ellas fue la de
preguntarme si realmente sería cierto lo que estaba leyendo.
Ciertamente
la empresa está pasando por un momento delicado, muy delicado, tanto, como que
es probable que nunca antes hubiese pasado por otro similar, pero ello en
absoluto puede justificar que tenga que asumir la construcción, no ya de uno,
sino de cuatro buques, muy por debajo del coste al que ella puede construir.
Eso es, en mi humilde opinión, una auténtica barbaridad. Decir que se iguala la
oferta más baja (seguro que una oferta asiática) es sin duda alguna, fruto de
la desesperación y de la frustración más que de un trabajo serio, responsable y
hecho con el rigor que se le supone a una empresa como Navantia. Si la noticia
es realmente así, tal cual aparece en el periódico, a mi me suena a
comportamiento frívolo e irresponsable, salvo que, responda a un comportamiento
previsto y adecuadamente programado. Y no olvidemos, que en política nada debe
de extrañar porque todo es posible.
Si de verdad
podemos construir, económicamente digo, al mismo nivel que los asiáticos ¿Qué
coño fue lo que se estuvo denunciando con tanto ahínco y durante tanto tiempo
en toda Europa? ¿Por qué criminalizamos
a los asiáticos y a su famoso “Dumping“ en el naval, si ahora resulta que
podemos construir al mismo precio que ellos? Y si no es así, como yo creo, ¿Cómo
es posible hacer una oferta que pueda llegar a significar la autodestrucción de la empresa? ¿No manifestó
recientemente el presidente de Navantia que estaban fuera del mercado por no
ser competitivos?
Alguien está jugando con fuego y ese
alguien, en mi opinión, no es precisamente el Sr. Revuelta. El presidente de
Navantia no es más que un títere en manos del presidente de la SEPI y éste a su
vez, un peón en manos del gobierno del Estado. El asunto de Navantia es,
fundamentalmente, político, lo ha sido siempre. Y me temo que en el fondo de la
cuestión lo que subyace, lo que se esté debatiendo sobre Navantia sea la propia
existencia de ésta.
Construir un LNG en España es –
aproximadamente – un 30 % más costoso que en Asia ¿Cómo es posible que en las
actuales circunstancias pretendan embarcarse en una operación que de entrada y
antes de empezar, se sepa ya que va a generar unas pérdidas aproximadas de 200
millones de dólares? A mi realmente me
asusta lo que está ocurriendo, aunque en honor a la verdad, me asustó tanto o más,
el que aquí no hubiese reacciones acorde con las declaraciones aparecidas en el
mencionado periódico. Insisto, siempre que esa información sea veraz. Ahora
mismo creo que estamos ante la verdadera encrucijada de futuro de la empresa o
lo que es lo mismo en este caso, ante la encrucijada de futuro de Ferrol.
¿Es que ya nos olvidamos de que
Navantia no puede construir buques civiles si no es generando beneficios? Esa
premisa, no es que esté en vigor solo hasta el 31 de Diciembre del 2014 por los
acuerdos firmados, sino que se trata de una condición sin fecha de caducidad ¿Por
qué? Pues porque mientras no se cambien las actuales normas de competencia comunitarias,
los astilleros públicos no pueden recibir ayudas de Estado. Y si Navantia no
las recibe, es impensable que en ese mercado pueda competir con los asiáticos.
No, sinceramente no entiendo como el
presidente de Navantia – insisto una vez más, si la noticia es cierta – pudo
haber hecho esas declaraciones. Ahora mismo tengo muchas dudas y éstas lógicamente,
hacen que me sienta muy confuso. De todas formas y a pesar de mi confusión, lo
que si tengo claro es que ni el Sr. Revuelta, ni el presidente de la SEPI, el
Sr. Aguirre, ni el gobierno del Estado están siendo buenos para los intereses
de Navantia y por añadidura, para los de Ferrolterra.
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