GRACIAS MELCHOR
Humano, sencillo, afable, humilde, generoso, noble,
desinteresado…etc, eso y mucho más todavía, es lo que era Melchor Roel Rivas,
mi primo, el recientemente fallecido alcalde que fue de Viveiro durante los
últimos diez años. Cuánta generosidad en una sola persona, y todo, al servicio
del pueblo. Cuánta sencillez y afabilidad al servicio de los demás.
Melchor fue el claro ejemplo del
político comprometido con su entorno. El alcalde de todos, de los que le
votaban y de los que no. El hombre volcado en el servicio a los demás de forma
desinteresada. Todo en él era sencillez y humanidad, y eso, lo dejó notar con
especial sensibilidad fundamentalmente en los jóvenes, los mayores y los
emigrantes y las personas pertenecientes a determinados colectivos claramente
desfavorecidos. Melchor es realmente un ejemplo a seguir.
Sin renunciar un ápice a sus
principios, hizo de la concordia su bandera, apoyado siempre, en el diálogo
como su gran arma. Melchor fue querido, muy querido por los suyos y apreciado y
respetado por todos los demás, sus adversarios políticos. Es cierto que nos
dejó físicamente, pero las personas mueren de verdad cuando nadie se acuerda de
ellas, y en ese contexto, me consta que Melchor seguirá estando entre nosotros durante
muchos años todavía. Que orgulloso me siento de llevar la misma sangre.
Aunque nacido en Mugardos, fue en
Uruguay donde se forjó como un auténtico defensor de las libertades y de los
derechos de los trabajadores. Por ello, y siendo muy joven todavía, conoce los
sinsabores de la cárceles uruguayas. Cuestión esta, por la que junto con su
familia, tiene que retornar a su Mugardos natal.
Hoy estoy, con más o menos acierto,
escribiendo estas líneas con mucho esfuerzo. Me esta costando mucho, muchísimo,
hacer lo que estoy haciendo porque son muchos los recuerdos familiares que
vienen a mi mente y me veo desbordado constantemente por la emoción. Sin
embargo y a pesar del mal momento que me está haciendo pasar, por estar todo
tan sumamente reciente, siento la obligación de hacerlo para poder aportar así una
pizca de justicia a su memoria.
La experiencia vivida en la capilla
ardiente es algo que de forma imborrable quedará para siempre en mi corazón. La
masiva demostración de apoyo y solidaridad del pueblo a su familia, así como el
sentimiento demostrado en el último adiós, fue el mejor reconocimiento que se
le pudo hacer a una persona todo honradez y nobleza.
Gracias Melchor por ser como fuiste.
Descansa en paz.
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