domingo, 15 de diciembre de 2013


GRACIAS  MELCHOR

      Humano, sencillo, afable, humilde, generoso, noble, desinteresado…etc, eso y mucho más todavía, es lo que era Melchor Roel Rivas, mi primo, el recientemente fallecido alcalde que fue de Viveiro durante los últimos diez años. Cuánta generosidad en una sola persona, y todo, al servicio del pueblo. Cuánta sencillez y afabilidad al servicio de los demás.

Melchor fue el claro ejemplo del político comprometido con su entorno. El alcalde de todos, de los que le votaban y de los que no. El hombre volcado en el servicio a los demás de forma desinteresada. Todo en él era sencillez y humanidad, y eso, lo dejó notar con especial sensibilidad fundamentalmente en los jóvenes, los mayores y los emigrantes y las personas pertenecientes a determinados colectivos claramente desfavorecidos. Melchor es realmente un ejemplo a seguir.

Sin renunciar un ápice a sus principios, hizo de la concordia su bandera, apoyado siempre, en el diálogo como su gran arma. Melchor fue querido, muy querido por los suyos y apreciado y respetado por todos los demás, sus adversarios políticos. Es cierto que nos dejó físicamente, pero las personas mueren de verdad cuando nadie se acuerda de ellas, y en ese contexto, me consta que Melchor seguirá estando entre nosotros durante muchos años todavía. Que orgulloso me siento de llevar la misma sangre. 

Aunque nacido en Mugardos, fue en Uruguay donde se forjó como un auténtico defensor de las libertades y de los derechos de los trabajadores. Por ello, y siendo muy joven todavía, conoce los sinsabores de la cárceles uruguayas. Cuestión esta, por la que junto con su familia, tiene que retornar a su Mugardos natal.

Hoy estoy, con más o menos acierto, escribiendo estas líneas con mucho esfuerzo. Me esta costando mucho, muchísimo, hacer lo que estoy haciendo porque son muchos los recuerdos familiares que vienen a mi mente y me veo desbordado constantemente por la emoción. Sin embargo y a pesar del mal momento que me está haciendo pasar, por estar todo tan sumamente reciente, siento la obligación de hacerlo para poder aportar así una pizca de justicia a su memoria.

La experiencia vivida en la capilla ardiente es algo que de forma imborrable quedará para siempre en mi corazón. La masiva demostración de apoyo y solidaridad del pueblo a su familia, así como el sentimiento demostrado en el último adiós, fue el mejor reconocimiento que se le pudo hacer a una persona todo honradez y nobleza.

Gracias Melchor por ser como fuiste. Descansa en paz.

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