¿DE VERDAD
SE PIDE TRABAJO?
Vaya por delante que personalmente
apoyo y sin reparos de ningún tipo, todas y cada una de las movilizaciones que, siendo respetuosas tanto con las instituciones como con las
personas, persiguen conseguir carga de trabajo para cualquiera de los dos
astilleros que tenemos en la Ría. Más dicho esto, también quiero decir, que hay
determinadas posturas que cuando menos generan ciertas dudas y desconfianzas.
Si lo que se demanda es trabajo,
así sin más ¿Por qué tiene que haber esa controversia entre lo público y lo
privado? La reivindicación, en mi opinión, está salpicada por un matiz que es
conveniente aclarar. Y es necesario
hacerlo porque en la defensa de esa petición de carga de trabajo, es decir, en
la defensa de los puestos de trabajo del naval de esta comarca, está
involucrada toda la sociedad.
A Ferrolterra le va la vida en el
sector naval, y por eso, él no es un problema exclusivo ni de sus trabajadores
ni de sus organizaciones. El naval, aquí en Ferrol, es un problema de toda la
sociedad en general, y lo es, porque lleva implícita una cuestión de
supervivencia.
Por eso la gran pregunta a la que
hay que dar respuesta es: ¿Si el demandado Dique Flotante no se pudiese hacer
con dinero exclusivamente público, y sin embargo, si pudiese ser una realidad
con la ayuda de la inversión privada, los Comités de Empresa de Fene y Ferrol y
los sindicatos estarían a favor de que así se hiciese?
Y es que esta, es una pregunta que
flota en el aire y que se hace necesario responder para poner a las cosas en su
sitio. Hoy, tal y como está la situación, se hace necesario que las fuerzas
políticas y sindicales cedan en sus convicciones para poder trabajar pensando
solo y exclusivamente en el bien general. No podemos permitirnos que la
supervivencia de esta ciudad y comarca esté condicionada únicamente por la
titularidad que ostenten sus astilleros. Si estos son públicos, perfecto, pero
si para que esta comarca vuelva a revivir tienen que ser privados, pues que lo
sean, porque aquí lo importante es que vuelva haber trabajo.
La situación es extraordinariamente delicada, por lo tanto, como tal hay que
tratarla. Se sabe que las soluciones que generalmente requieren este tipo de
problemas suelen chocar frontalmente con determinadas filosofías, pero si de
verdad pensamos en el bien general, tenemos que entender que nada debería de
ser insalvable.
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