¿ES
ESPAÑA UN ESTADO
DE DERECHO?
EL Estado de Derecho y como su propio nombre
indica, se conforma de dos componentes: Estado (como forma de organización
política) y Derecho (como conjunto de normas por las que se rige la sociedad). Y
siendo esto así y lo es, Estado de Derecho significa que el Estado está limitado
por el Derecho. O lo que es lo mismo, el poder del Estado está sometido al
Derecho. Un Estado de Derecho, es aquel que tiene los tres poderes, el Poder
legislativo, el Poder judicial y el Poder ejecutivo, separados e independientes
entre si.
Vivir en un
estado democrático en absoluto equivale a tener garantía de vivir en un Estado
de Derecho. De hecho, existen gobiernos que aún respetando determinados
procedimientos democráticos, ponen en cuestión el Estado de Derecho por el
método empleado a la hora de la elección de cargos de alguno o de todos esos poderes.
Y en ese
contexto ¿Qué grado de independencia puede decirse que tenga un organismo como
el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal Supremo o el mismo
Constitucional, de nuestro país, si su composición pasa por el acuerdo al que
previamente lleguen el partido en el poder y el principal de la oposición? ¿A
quién se deben estos organismos del más alto nivel del Estado, a quienes les
nombran o a la sociedad por la que tienen que velar?
Es realmente
inexplicable que el Tribunal Constitucional estuviese durante más de año y
medio en situación de interinidad por la falta de acuerdo entre el PP y el PSOE
para la elección de los tres magistrados que habían agotado sus mandatos en
Noviembre del 2010. Un acuerdo, que si no se dio antes fue única y
exclusivamente por la postura que ambos partidos mantuvieron en defensa de sus respectivos
intereses.
El verdadero
Estado de Derecho, del que tanto presumimos, se conseguirá, insisto,
conseguirá, cuando realmente los tres poderes del Estado sean total y absolutamente
independientes el uno del otro. Y eso no se alcanzará, entre otras cosas,
mientras en la elección de sus miembros tengan algo que ver personas o
instituciones ajenas al propio colectivo de la organización en cuestión.
Es verdaderamente lamentable, apreciar como
los demás partidos que conforman el arco parlamentario no critiquen el acuerdo
en si y sin embargo critiquen que no se haya contado con ellos para alcanzar el
mismo. Y es que estas cuestiones de querer estar presente – para dominar – en
todos los focos del poder, es lo que hace que nos preguntemos hasta dónde es
verdad que vivamos realmente en un Estado de Derecho.
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